Biografía de Alonso Nacipucha.
Mi nacimiento fue extravagante, porque fui concebido en la ciudad de Cuenca, pero por motivos de trabajo nací en el Cantón Paute de la provincia del Azuay. Y en este hecho ocurrieron varios eventos desafortunados. En este sitio debido al atraso social no había un médico para sus habitantes, pero en estos días se encontraba un galeno y su familia de vacaciones, así es cuando mi mamá tuvo dificultades con mi parto, el doctor acudió a atenderla, logro sacarme del útero de mi progenitora, pero nací muerto, todo azulado, no respiraba, y aquí otro hecho fortuito, que también estaba atendiendo a mi mamá, una exenfermera ya de años y entrometida que me da la vida con respiración de boca a boca, que si hay posvida, cuando la encuentre le voy a de patadas. Mi vida paso normal, con un padre que me adoraba y me enseñó a amar y una madre que me cuidaba mucho, con los años me fui dando cuenta que sufría de asma, y esta enfermedad si influye mucho en tu pensamiento, porque ves a la muerte como un remedio, no como un mal y en mi caso, sabes, que cuando pase la época del polen. te volverás normal, pero en las eternas noches, de ataques de asma, piensas y analizas la condición humana y tienes respuestas e incógnitas de la vida de los humanos. Te haces optimista porque mañana estarás mejor. A los 4-5 años me interesaba mucho aprender a leer, mi padre me regalaba revistas con dibujos y caricaturas, que aún recuerdo, y así llegué a la escuela donde no destaqué, pero si aprendí a leer con una buena velocidad. En el colegio, en primer año una profesora nos mandó a leer un libro escogido de 6 opciones eran de autores ecuatorianos. Escogí “Huasipungo” de Jorge Icaza. Hasta ese día creía que leer un libro era memorizar palabra por palabra todo el libro, y descubrí que era como escuchar un relato y luego con mis propias palabras resumir. Así lo hice frente a mis compañeros y la profesora, y recibí la mejor alabanza cuando me dijo que había resumido como un estudiante de universidad. Así es como descubrí la magia de la lectura que crea paisajes en la mente del que lee, que no le importa la raza, la religión, el género, orientación sexual, religión que práctica, estatus económico del autor. Además tuve un amigo al que respetaba y admiraba por su personalidad, me hizo este elogio indirecto: "Eres una persona muy educada, siempre pides de favor, no usas malas palabras". De mi padre que era escultor y pintor, especializado en imaginería yo también lo aprendí, me demoré mucho, hasta alcanzar la perfección yo tenía casi 30 años. A mediados de los noventa la Universidad Católica de Cuenca abrió la Facultad de Arquitectura, en la cual ingresé y fue la experiencia mas interesante que he tenido en mi vida, conocí a personas extraordinarias, tanto profesores, como compañeros de estudio, de los cuales aprendí muchas cosas. Lamentablemente en el 2000 tuve que abandonar los estudios porque llegó la dolarización y al tener un trabajo independiente me afectó muchísimo en el aspecto económico. Además en un accidente, perdí la visión de mi ojo derecho y hasta acostumbrarme a ver con un solo ojo pasaron varios años. Así fue como perdí la fama que estaba logrando a finales del siglo 20, después debido a la globalización, llegaron imágenes religiosas en diversos materiales que al ser producidos serialmente tiene un precio muy bajo, que me quitaron mucho trabajo. Así estuve sobreviviendo hasta principios del año 2015, un terrible accidente le ocurrió a mi mamá dejándola invalida durante casi 8 años, en los cuales la tuve que cuidar 24/7, y luego llegó el Covid en el 2020. En 2019 debido a mi presión alta, quedé sordo de mi oído izquierdo. Lo único bueno de mi situación, es que llegué a adquirir un enorme conocimiento, en todos los aspectos humanos, ciencia religión, filosofía , arte, literatura, .. Lo que aprendí es que el ser humano es el mas estúpido habitante de la tierra. confunde: el dinero con el éxito, el sexo con el amor y el miedo con el respeto.
Vive como si siempre fuera a existir, sin disfrutar de lo que tiene, sin darse cuenta que envejece. Antes decían que los pobres son ignorantes porque no podían darse el lujo de comprarse libros, pero ahora con todo el conocimiento a disposición del ser humano nadie lo aprovecha.